Comienzo la ruta pensando si iba a hacer una o las dos etapas dependiendo como me encontrase. Tan bien me encontraba que si me descuido acabo en Piloña, ya que en un momento que iba solo, continué casi un par de kilómetros carretera abajo. Casi un par de kilómetros después de pasar el pueblo de Valle empecé a mosquearme y fue a coincidir un día en que no llevé la radio ni el móvil. Incomunicado y solo como estaba acabé recurriendo al primer caso de la asignatura de Topografía que tuve en la mili. Respecto a como orientarse cuando uno estaban un terreno desconocido una de las respuestas que daban, y que siempre me causó mucha gracia por la obviedad, era pregunta a un lugareño. Y eso acabé haciendo. Y funcionó. No sé si puedo decir que la mili me sirvió para eso pero al menos pasé un rato agradable recordándolo.
Al objeto de recuperar terreno, y con la intención de no descolgarme ya que quería continuar con la segunda etapa, apreté el paso y conseguí el objetivo, pero con funestas consecuencias como veréis.
Llegada a Espinaredo sin problemas, con una ruta muy agradable y un trozo de camino hormigonado que recuerdo, al comenzar el descenso hacia Espinaredo, de los de temblar. Aunque no quisieras acabas bajando corriendo por efecto de la gravedad. Como trofeo una uña del pie negra.
Como a Espinaredo llegamos temprano para la comida hice poca parado y seguimos camino. En realidad una prolongada y constante cuesta que se va haciendo poco a poco. Yo ya tuve una dura experiencia de lo que es alimentarse mal para un esfuerzo duro, como fié en el descenso de la canal de Jidiello, donde las pasé canutas y me salvaba la tranquilidad de tener a mi lado a Gonzalo. Ahora pareció repetirse y después de atravesar el caserío de Omedal y antes de llegar a la Ermita de San Lorenzo, empezaron a entrarme calambres en las piernas, por la pantorrilla y por encima de la rodilla, síntomas de mal agüero. Ya me había dado Mª Jesús una dosis de concentrado energético con la intención de poder llegar al alto y allí hacer la parada de la comida, pero fue imposible. Así que me paré en medio del camino, a estas alturas ya iba el último y no pude avisar a nadie, y traté de sentarme. Me asusté un poco porque las piernas estaban totalmente acalambradas, incluso con agarrotamiento de los pies. Me dolían un montón cuando, sentado, trataba de moverlas. Afortunadamente llevaba comida, un par de plátanos y una botella grande de Aquarius. Santo remedio, después de comer inicié la marcha con algún problema pero veía que según transcurría el tiempo iba llegando combustible a los músculos y la situación iba mejorando. Después de caminar un trecho hacia la collada y al salir de una curva, allí veo a Gonzalo esperando y mirando a ver si aparecía. Volvía a ser mi ángel de la guarda, aunque esta vez no fué tan grave y recuperé totalmente. A partir de ahí importancia suprema a la alimentación y espero que nunca me falte de la mochila platanos, dátiles y preparados de absorción rápida, además de bebida.
Con un camino totalmente marcado con todo lujo de señales llegamos a un punto en que el camino hacía un giro que no se veía bien porque había un árbol derribado. En ese punto la única señalización que había era una bolsa de plástico blanco atada a una rama. Se nos pasó y acabamos continuando el descenso por un camino equivocado que cada vez se cerraba más hasta que acabó desapareciendo. Se solucionó relativamente fácil con el GPS ya que mirando el mapa conseguimos ver una red de caminos que nos volvieron a llevar al nuestro original. Una segunda conclusión de este percance es la conveniencia de llevar la ruta prevista cargada en el GPS. Sobre todo en nuestro caso que solemos hacer rutas muy socorridas y es fácil encontrar los tracks para descargarse.
El resto fue un descenso muy agradable y pisando barro hasta Fresnedal. Allí los más pulcros de nosotros, al encontrar una hermosa fuente y lavadero, se dedicaron a limpieza de botas sin saber que aún nos quedaba kilómetro y medio para llegar a Puente Miera que iban a hacer sus esfuerzos vanos.
De aquí se puede descargar la hoja correspondiente del club.
Distancia total | 23 km |
Tiempo transcurrido | |
Altura Máxima | 829 m |
Altura Mínima | 108 m |
Ascenso total | 1444 m |
Descenso total | 1273 m |
Pendiente Máxima | 37% / -46% m |
Ya directamente os dejo la ruta:
Y el perfil:
De aquí se puede descargar el track GPS correspondiente a nuestro recorrido.
Aquí van las fotos:
Y para quienes no vean el enlace anterior aquí el enlace directo:
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